lunes, 23 de septiembre de 2013

Políticos y periodistas.


En los últimos días están apareciendo declaraciones relativas a la pérdida de pasajeros de Barajas en favor tanto de Barcelona como de Londres. Distintos políticos y medios de prensa están empezando a poner el ventilador en marcha repartiendo mie... culpas, en un intento de eludir responsabilidades, y ponerse la venda ante lo que pueda acabar pasando. Es curioso, porque la dirección que parecen tomar estas informaciones parece apuntar como culpables a quienes precisamente vienen advirtiendo de esta catástrofe desde hace mucho tiempo: los trabajadores de Iberia y más concretamente los pilotos.


No cabe esperar otra cosa de los políticos, incapaces de entonar un "mea culpa", que se dediquen a echar balones fuera en un intento de ocultar su falta de visión a medio-largo plazo y su incapacidad para tomar decisiones que evitaran lo que para muchos era un secreto a voces: el desmantelamiento de Iberia en favor de British Airways y sus consecuencias sobre Barajas y la Comunidad de Madrid.

En cuanto a la prensa, sorprende leer semejantes titulares y afirmaciones en ABC 

"Los pilotos de Iberia exigieron que Vueling no tuviera su sede en Barajas"

"Se trata del llamado «anexo 10», una cláusula del convenio colectivo de los pilotos de Iberia que reserva la Terminal 4 para acoger vuelos de largo radio operados por pilotos de Iberia."

Estas afirmaciones denotan una gran falta de profesionalidad en un vago intento de culpabilizar a los   de Iberia de los males Iberia y por lo tanto de Barajas.

¿En qué cabeza cabe pensar que un colectivo de una empresa A (iberia) puede exigir legalmente donde pone su sede una empresa B (Vueling)? Ni qué decir tiene que la capacidad legal del convenio colectivo de los pilotos de Iberia de decidir quien se reserva la Terminal 4 es nula, esto es de sentido común, aunque parece que algún periodista ni se lo plantea.

Simplemente habiendo investigado un poquito, el Convenio Colectivo de los pilotos de Iberia está publicado en el B.O.E. (http://tinyurl.com/CCSEPLAIB), en lugar de fiarse de sus "fuentes fiables", habrían podido comprobar que estas dos afirmaciones son falsas, por no entrar en el contenido del resto del artículo que está plagado de inexactitudes y medias verdades.

El famoso Anexo X del que habla el artículo no regula cómo debe operar Vueling o quién tiene que operar en la Terminal 4 de Barajas simplemente porque sería ilegal. El Anexo X es una cláusula de protección de puestos de trabajo como las que tienen el resto de compañías aéreas del mundo, donde únicamente se protege la producción de iberia, es decir, los aviones de Iberia y el código de vuelo de Iberia, y estipula que deben ser volados por los pilotos de Iberia. Por lo tanto, cualquier compañía del mundo puede realizar vuelos desde Barajas o establecer su sede en Barajas, como no podía ser de otra forma, eso sí, con sus propios aviones y con su propio código.

Este tipo de cláusulas suelen (en los países serios) contar con la bendición de los gobiernos, puesto que no sólo protegen puestos de trabajo, sino el servicio de calidad que se les supone a las compañías importantes. Cualquier país que tenga una mínima preocupación por la excelencia de su sector aéreo las ve con buenos ojos. Protegen el empleo de los pilotos, es cierto, pero también lo es que son usuales en la industria aeronáutica y que Iberia (como las otras compañías) las firmó en el ejercicio de su libertad. De cualquier manera,  nadie impide a Vueling operar desde Barajas, lo que no puede hacer es hacerlo realizando vuelos que son de Iberia.

La situación de Iberia es crítica y de poco sirven las lamentaciones y las mentiras de los políticos y la prensa, especialmente cuando por acción u omisión no hicieron nada cuando se les avisó. Es hora de tomar el toro por los cuernos, empezando por hacer autocrítica, no política, y denunciar y solucionar los problemas reales de Madrid-Barajas en general y en particular de Iberia. Para ello es necesario dejar de contar mentiras o medias verdades sobre la realidad de lo sucedido, pero quizás sea pedir demasiado a los políticos y los periodistas.